A B-Violet les dieron un poco la vara. Se les mencionaba a Babes in Toyland como inspiración y la posibilidad de que su nombre hubiera surgido de una de las canciones más celebradas de éstas ("Bruise Violet") y hacían oídos sordos. Era normal; acababan de empezar y ante la sorpresa todo el mundo intentaba buscar las referencias precedentes más ajustadas, pero a un grupo primerizo le puede sonar a desacreditación y amenaza. Para cuando pudieron telonear a las Babes en su gira de despedida de 2001, teniendo ellas ya dos álbumes en la calle, el entusiasmo fue tal que admitieron orgullosas su admiración incondicional por la banda de Kat Bjelland.
Lo de B-Violet era notable: un grupo íntegramente femenino, sólido en directo, que hincaba el diente a un rock inflamado y tribal con una fuerza poco vista por aquí. Cuando charlaron con Ramon Llubià para esta entrevista aún dudaban si su disco acabaría viendo la luz por desavenencias legales e ilegales con su sello Liquid Records. Acabo ocurriendo, pero de la peor de las maneras (Zero Records acabo reeditándolo después tras la endiablada gestión de Liquid). Su último disco, ya en castellano, está fechado en 2004, pero se han reunido para tocar puntualmente en los últimos años.
Fotografía de Javier Tles.
Fotografía de Javier Tles.
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