En 1993, Red House Painters publicaron dos discos homónimos, uno de ellos un pequeño clásico personal a raíz de escuchar una vez en un sampler la ensoñadora y devastadora a partes iguales "Katy Song", uno de esos temas de ocho minutos que podrían sonar hasta el infinito y no importaría, pues en su estructura ascendiente y descendiente te sientes protegido. Muchas de las canciones de Mark Kozelek tienen esa cualidad magnética y reconfortante, no porque busquen perspectivas positivistas a los asuntos emocionales complicados, habitualmente amorosos, sino porque articula con delicadeza y serenidad el sufrimiento que todos padecemos.
Nando Cruz consiguió indagar un poco en esa personalidad introvertida, y Kozelek le puso un poco en situación al respecto de sus orígenes y de la música de la banda.
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