El domingo por la mañana leí un comentario al respecto del concierto que dio el sábado por la noche Jonathan Richman en Madrid, una frase marcada sin duda por la decepción: "Parecía un yonki de metro. Fue muy doloroso". ¿Fue realmente tan terrible? Tras su paso por Murcia el domingo, aún puede comprobarse esta noche en Barcelona.
Richman no necesita presentación, pero en caso de precisarla, no está nada mal este texto de Juan Bufill: además de la recapitulación de sus hazañas (con Modern Lovers y sin ellos), es un retrato del músico a finales de los años ochenta (su comportamiento, su esencia), con el que compartió velada en Barcelona en una de esas giras que hacía cuando en España ni se editaban sus discos a tiempo. Miquel Jurado le entrevistó después de su concierto en la misma ciudad condal, que contestó por escrito en una serie de servilletas -de las que podemos ver un escaneo en la segunda página- debido a su afonía.
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