Tomás Fernando Flores da cuenta del absurdo resultante cuando The Kinks, un grupo para muchos legendario de la historia del rock, se decide a volver a pisar los escenarios españoles a 20 años de su primera visita (en momento de gloria) pero en una rocambolesca e insoportable situación: plaza de toros, primavera madrileña, concierto gratiuto al que acuden unas 65.000 personas... ¿Para qué contar más? Lean este texto entre el asombro, la indignación y el cariño de fan.
Fotografías de Jordi y Francesc Fábregas.
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