1990 y la noticia no era simplemente que Sonic Youth publicasen nuevo disco después del (para muchos) clásico instantáneo Daydream Nation (1988), sino que lo hacían por primera vez desde el sello multinacional Geffen, con el que permanecerían -contra lo que se pudiera pronosticar entonces- prácticamente veinte años.
Intencionadamente o no dada su nueva situación, y aunque es un disco con una producción de guitarras densas y arrolladoras que no hace más concesiones a lo convencional de las que se hicieran por ejemplo en Sister, Goo vino repleto de canciones concisas y pegadizas; sus estructuras eran más tradicionales aunque los enrevesados arreglos y las explosiones de ruido las llevaran a un paraje a menudo enloquecedor. Jesús Rodriguez Lenin da su opinión sobre lo que se le podía avecinar al grupo de Nueva York tras entregar el disco que tiene una de las portadas más iconográficas e imitadas de la historia, del que hoy por cierto se habla en el blog Fade Out Music (For a Blog).
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