Spiral inauguró su paso de formato periódico a formato revista dedicándole su portada a Echobelly en el número de septiembre, a la vuelta del verano del primer Festival Internacional de Benicàssim, en el que la banda británica dio uno de los conciertos más resultones para público y crítica. El grupo de Sonya-Aurora Madan estaba a punto de publicar On, la secuela a un disco de debut aparecido apenas año y medio antes por el que les hicieron abanderados de la New Wave of the New Wave (gracias por esa increíble etiqueta, semanarios británicos). A pesar de su popularidad, a Echobelly siempre se les tuvo un poco de manía; yo debo decir que aunque su carrera no dio mucho más de sí ni muchos momentos como los más destacados de sus dos primeros álbumes, es uno de mis grupos favoritos de esa hornada, y con el público siempre arrasaron en España (entre 1995 y 1997 se les pudo ver en muchísimas ocasiones).
Rafa López, encargado del encuentro para la revista, ya les miraba con desdén ese mismo verano de 1995. Empieza narrando cuán nervioso estaba ante la posibilidad de charlar con ellos y cómo poco a poco se da cuenta de que, al fin y al cabo, eran un grupo de gente normal con un disco agradable pero que no era para tanto. Esa revelación y esas ganas de desmontarles sus perspectivas de éxito guían la puntillosa entrevista. La banda en sus respuestas: adorable. Nathalie Paco les hizo las fotos.
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