El que era el grupo que nos hizo saber a americanos y a europeos que Björk existía, The Sugarcubes, entregaba a finales de 1989 el no siempre fácil segundo álbum, aunque en su caso sí lo fue. Ese fue el veredicto para los oyentes que no supieron ver en Today Tomorrow Next Week! la excelencia de su debut, porque no sé yo si ellos le darían tantas vueltas al asunto, como parece entenderse de las palabras del bajista Braggi Olafsson en esta entrevista de Luis Clemente y José Pardo. Ellos siempre mantuvieron que la banda era poco más que una diversión, que tenían la intención de escribir tontas canciones pop y girar por todo el mundo. De un planteamiento tan hedonista les salió, sorpresa, algo sublime.
Ahora se llama The Sugar Cubes una banda que toca en bodas en Irlanda.
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