No sé quiénes estaban al mando del departamento de publicidad de Caroline España a mediados de los noventa, pero eran unos gamberros que no dudaban en utilizar desde desnudos a fotos sin permiso de Kylie Minogue como telón de fondo para sus novedades discográficas, con un sentido del humor muy fino como se comprueba en este anuncio de otoño de 1996. Fina línea entre sexy y sexista, dirán algunos, pero ante todo tontorrón.
Hoy mismo se pone a la venta Blur 21, la caja (mastodóntica, como se dice en estos casos) de la que se ha venido hablando muchísimo en los últimos meses y que recapitula, expande y trae al presente todos los discos de Blur hasta la fecha. No solo eso: cada uno de los álbumes es reeditado también por separado en cd (ya el viernes pasado se han visto en algunas tiendas), con un correspondiente segundo disco lleno de rarezas del periodo que representa y en un formato-cajita realmente tentador.
Marc Llorens les retrata en un momento en el que se les esperaba con gran curiosidad, cuando empezaron a complicarle las cosas a ese público de revista para quinceañeras del que tanto se querían desmarcar con un ensuciado musical y de imagen. Llorens no solo narra lo ocurrido en una escueta y pintoresca rueda de prensa, si no que sale a la defensa del cuarteto poniendo sobre la mesa 10 presuntos tópicos negativos al respecto la banda para rebatirlos.
Variada y a ratos (¿involutariamente?) cómica sección de cartas publicada en uno de los últimos números de Rock Espezial, en 1984. Dejando a parte la sentimental carta de un lector al respecto de todo lo que le ha descubierto la revista, mejor es el alegato feminista de una punk que deja claro que no a todas les gustaba Duran Duran, o la colleja que otro lector le da al rancio Miguel Ríos, o la narración de un concurso de nuevos grupos que tuvo lugar ni más ni menos que en Almacellas (Lleida), con actuaciones de bandas con nombres como Ostia Peluda o Espermatozoides.
Louise Post y Nina Gordon; luna de miel en las calles de Barcelona, en medio de la gira europea que trajo por primera vez a Veruca Salt a nuestro país. Digo lo de luna de miel porque, un par de años después de esto, la ruptura creativa entre las dos voces de la banda fue de las sonadas, aunque en general preocupó poco: como emana de esta entrevista de Ramon Llubià, el combo de Chicago estuvo bajo constante sospecha tras haber conseguido llamar la atención considerablemente con un álbum de debut que aportaba tan poca sustancia alimenticia. Gordon y Post, una más evidentemente pop y la otra tirando hacia el rock más duro, confluían en un punto muy determinado: el disco Pod de The Breeders, que para su primer disco intentaron emular lo que pudieron (en algunas canciones increíblemente aplicadas) pero quedándose en una versión infantil y nada compleja del que firmaron Kim Deal y Tanya Donelly. Y es que a Veruca Salt les gustaba demasiado hacer el payaso con poses de estrella de rock para entusiasmar a los hillbillies. No obstante, lo apañaron con cierto gancho y es disfrutable como ejercicio de indie rock noventas, desde luego mucho mejor que el empacho de hard-rock-AOR de su segunda y última entrega juntas.
Gordon abandonó el grupo y Post se quedó con la etiqueta para convertir al grupo en otra cosa. En su último concierto antes de eso, no es que lo hicieran mal, es que lo hacían peor.
En 1995, el madrileño Festimad aún no era un festival al uso con todas las actuaciones despachadas en dos o tres días, sino que tenía lugar en varias salas de la capital a lo largo de dos semanas entre finales de abril y primeros de mayo, coincidiendo con sus fiestas. Félix Suárez explica todo lo que pudo ver en una edición de la que él destaca una mejor oferta internacional, y leyendo nombres como The Boo Radleys, Elastica, Babes in Toyland, Radiohead o Vic Chesnutt no cabe duda de que el listón estaba alto.
Excelente y mordaz artículo de Patricia Godes, que utiliza la colección de video-clips de Cherpublicada en vídeo a finales de 1992 (junto al inesquivable disco de grandes éxitos) para hacer un análisis del personaje más allá de las imágenes. ¿Cuál es el verdadero problema de Cher? ¿Qué es lo más hortera de su personaje? Godes lo tenía claro, y sus argumentos nunca son gratuitos.
Además, es viernes 13 y ponerse este vídeo es una recomendación tan buena como otra.
A Victor Lenore le parecía que, con su segundo disco, Built to Spill habían demostrado tener suficiente potencial como para llegar a la audiencia a la que en ese momento ya tenían acceso Pavement. Aprovechando una visita de la banda a nuestro país a finales de 1995 se reunió con el cantante y guitarrista Doug Marstch para expresarle ese pálpito y de paso indagar en el proceso de trabajo que le llevó a crear There's Nothing Wrong With Love (1995), uno de los mejores discos de 1995 para varias publicaciones.
Nueva York, centro de tantas cosas y en este caso paisaje en el que tuvieron lugar tres espectáculos que a finales de 1989 no pasaron por España, a cual más arty. Natalia Izard tuvo el privilegio de asistir a todos para explicarlo: para saber por qué Sting, rodeado de profesionales de Broadway en la obra 3 Penny Opera -con música original de Kurt Weill-, le pareció un soso que no estaba a la altura; cómo Laurie Anderson le convenció con un Empty Places que simplificaba las formas y se acercaba más a su audiencia; y por qué se emocionó inevitablemente con la pareja John Cale-Lou Reed en su homenaje a Warhol Songs For Drella (que reunía a los viejos amigos por primera vez desde los tiempos de The Velvet Underground), basta con hacer click.
Una pieza de Jaime Gonzalo sobre el asqueo que le producía la programación musical de Televisión Española a finales de 1983. Consideraba Gonzalo que cada uno de los programas que se colaban en la parrilla -más de los que tiene ahora TVE y cualquier otra cadena, incluso las que se autodenominan "musicales" como MTV- daba palos de ciego en cuanto a criterio y dirección y acababa por no satisfacer a nadie. Aprovecha para darle un palo al mitificado La Edad de Oro, para que veamos que la unanimidad positiva sobre el programa de Paloma Chamorro no fue tal mientras se emitía.
Ricardo Robles no suena muy entusiasmado en la introducción a esta conversación que mantuvo con Jon Marsh y Helena, su esposa, cuando se publicó Conscience de The Beloved en 1993, primero del dúo en cuestión pues el lugar de Helena lo solía ocupar Steven Waddington. La muda estilística fue palpable respecto a su debut, pero conforme avanza el artículo podemos apreciar que Robles se hacía cargo no solo del cambio de formación sino también de la evolución de la hedonista escena dance de principios de los noventa hacia parajes más reflexivos. A The Beloved el cambio les trajo algunas alegrías, como el puesto número 2 del disco en las listas británicas gracias al éxito del single 'Sweet Harmony' y su inolvidable videoclip de inocentes desnudos.
Esta portada y este amplio reportaje trazado en fucsia fueron importantes por dos razones. La primera de ellas, la celebración del retorno de Pulp con la publicación de This is Hardcore tras el necesario parón público que llevaron a cabo tras el éxito cosechado en 1995-96; y luego, suponía la revelación de la nueva imagen de Rockdelux, un secreto que se había ido desvelando poco a poco a los lectores en los meses previos y que finalmente se desveló completamente en el número 150.
Víctor Lenore entrevistó a Jarvis Cocker, y David S. Mordoh hizo un repaso a su discografía minus ese último disco, además de marcarse un artículo sobre las chicas de su vida a propósito de la música de los de Sheffield.
Volvemos a la carga estrenando el mes de julio con la intención de aportar cosas más a menudo que el mes pasado, fugaz como ninguno este año hasta ahora.
Quince años hace ya que yo tenía trece y como tantos adolescentes me dejé impresionar por el rock robusto de unos Doverque el adolescente que los haya descubierto ahora por sus recientes creaciones no podría reconocer. El cuarteto madrileño, que tanto citó a Nirvana como influencia en sus primeras entrevistas, vivió durante un año su propio "efecto Nevermind" en nuestro país mediante un disco lleno de letras de suspenso en inglés pero que en un momento dado podía gustar a heavies malasañeros, indie-rockeros y niñas aficionadas a la radiofórmula. Mil veces tuvimos que oír que era el primer disco "de indie español" que sobrepasaba las 50.000 copias vendidas, aunque más ajustado hubiera sido decir que era el primero publicado por un sello independiente que despachaba tales cifras (y recordemos que llegó a más de 700.000).
De Devil Came To Me se habla hoy en Fade Out Music (For a Blog), en el repaso a discos publicados en 1997, y por lo comentado arriba, éste es de los destacados de la historia reciente de la música española sin duda.
Eduardo Guillot, que luego escribió un apresurado y oportunista libro sobre el grupo (como muchos de los que editaba La Máscara, aún así entrañables y correctos) firma esta entrevista realizada cuando todo empezaba a hervir.
Cuando tenía nueve años, me compraron mi primer Rockdelux, el Especial nº100. Lo pedí porque salía una pequeña foto de Madonna en la portada; no hace falta que diga que dentro no había más que una foto de su concierto en Barcelona en 1990 y basta. Identifiqué a R.E.M., Prince, Bowie y a The Sugarcubes, cosas que ya sonaban a veces en casa. En el resto de páginas me perdí entre un montón de nombres que no podían decirme nada. Dos años después, me compré un par de números más por las portadas: Björk y PJ Harvey, artistas que me empezaban a entusiasmar y que hicieron de puente para que se abrieran mis perspectivas y conociera mucha más música a la que fui teniendo acceso como una pequeña hormiga en los tiempos pre-internet. Ese afán voraz por descubrir y conocer, me llevó a la búsqueda de discos descatalogados de grupos indies nacionales e internacionales que ya habían desaparecido (qué ilusión cuando los encontrabas todavía perdidos en alguna tienda, o cuando estaban listados en algún catálogo de venta por correo) y, hasta día de hoy, a buscar números atrasados de revistas como la misma Rockdelux, Ruta 66, Spiral o Factory, intentando empaparme de una época a la que llegué tarde y que me fascina. Entrevistas, reseñas de conciertos, artículos que hacían referencia al estado de la naciente escena musical indie del país... Mucho por leer y disfrutar. Y acordándome de lo difícil que lo tuve al no existir una hemeroteca decente en mi ciudad natal, voy a compartir aquí selecciones que personalmente encuentre significativas de todas esas publicaciones. Nostalgia, como decía una canción de El Regalo de Silvia.