Louise Post y Nina Gordon; luna de miel en las calles de Barcelona, en medio de la gira europea que trajo por primera vez a Veruca Salt a nuestro país. Digo lo de luna de miel porque, un par de años después de esto, la ruptura creativa entre las dos voces de la banda fue de las sonadas, aunque en general preocupó poco: como emana de esta entrevista de Ramon Llubià, el combo de Chicago estuvo bajo constante sospecha tras haber conseguido llamar la atención considerablemente con un álbum de debut que aportaba tan poca sustancia alimenticia. Gordon y Post, una más evidentemente pop y la otra tirando hacia el rock más duro, confluían en un punto muy determinado: el disco Pod de The Breeders, que para su primer disco intentaron emular lo que pudieron (en algunas canciones increíblemente aplicadas) pero quedándose en una versión infantil y nada compleja del que firmaron Kim Deal y Tanya Donelly. Y es que a Veruca Salt les gustaba demasiado hacer el payaso con poses de estrella de rock para entusiasmar a los hillbillies. No obstante, lo apañaron con cierto gancho y es disfrutable como ejercicio de indie rock noventas, desde luego mucho mejor que el empacho de hard-rock-AOR de su segunda y última entrega juntas.
Gordon abandonó el grupo y Post se quedó con la etiqueta para convertir al grupo en otra cosa. En su último concierto antes de eso, no es que lo hicieran mal, es que lo hacían peor.
Fotografía de Leila Méndez.
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