Uno podría pensar que el hecho de que el disco homónimo que publicaron Boss Hog a finales de 1995 fuera el primero que salía bajo la etiqueta de una multinacional es el motivo por el que acapararon varias portadas en pocos meses y llamaron la atención de un modo inusual hasta entonces en su trayectoria; pero lo cierto es que el ardiente matrimonio formado por Jon Spencer y Cristina Martínez había firmado su disco más completo, una buena cuajada de punk-blues anguloso y lo suficientemente groovy como para resultar altamente adictivo.
A pesar de ese momento de creciente popularidad y de lo que comenta Cristina en esta entrevista de Laura Pardo, el grupo nunca dejó de tener el aspecto de proyecto paralelo de Spencer y quizás la poca actividad de la banda (que se reunió a finales de 2008 para dar algunos conciertos pero que no saca disco desde 2000) siempre estuvo demasiado atada a los compromisos de éste con su principal dedicación. En cualquier caso, la señorita Martínez podía comerse el mundo en 1996. Aquí explica la génesis de ese último trabajo, sus raíces españolas, se le pregunta por varias mujeres del panorama musical y ella no titubea a la hora de dar su opinión sobre cada una.
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