Varios descubrimientos, chascos y confirmaciones en el pasado Primavera Club, y en medio de todo ello estaba Lou Barlow, el nombre conocido que más cerca podía tener yo del corazón haciendo una retrospectiva que ponía de manifiesto su maña como compositor y, lo más importante (repetido muchísimo esta semana), propietario de un catálogo de viñetas modestas y extrañamente pegadizas que perduran como no lo han hecho las de muchos de sus contemporáneos.
Con ese recuerdo aún fresco en la mente (su figura casi invisible ante la peor iluminación de la historia en la sala Bikini: focos blancos directos a la cara del público detrás de él) recupero esta entrevista aparecida en el número de verano de Rockdelux de 1995, realizada por Gerardo Sanz cuando Sebadoh vinieron de visita a Barcelona (ciudad donde les fotografía Mercè Dauder) y Lou da una pequeña muestra de lo entrañable de su personalidad. Gracias a ese número -que compré porque traía a Björk en la portada- y al cd que lo acompañaba, conocí a Sebadoh.
La banda había publicado el excelente Bakesale el año anterior. Oh sí, justo el disco que reseño hoy en Picadura de Abeja redondeando esta semana en la que me he reencontrado con su música con ganas.
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