Cuando tenía nueve años, me compraron mi primer Rockdelux, el Especial nº100. Lo pedí porque salía una pequeña foto de Madonna en la portada; no hace falta que diga que dentro no había más que una foto de su concierto en Barcelona en 1990 y basta. Identifiqué a R.E.M., Prince, Bowie y a The Sugarcubes, cosas que ya sonaban a veces en casa. En el resto de páginas me perdí entre un montón de nombres que no podían decirme nada. Dos años después, me compré un par de números más por las portadas: Björk y PJ Harvey, artistas que me empezaban a entusiasmar y que hicieron de puente para que se abrieran mis perspectivas y conociera mucha más música a la que fui teniendo acceso como una pequeña hormiga en los tiempos pre-internet. Ese afán voraz por descubrir y conocer, me llevó a la búsqueda de discos descatalogados de grupos indies nacionales e internacionales que ya habían desaparecido (qué ilusión cuando los encontrabas todavía perdidos en alguna tienda, o cuando estaban listados en algún catálogo de venta por correo) y, hasta día de hoy, a buscar números atrasados de revistas como la misma Rockdelux, Ruta 66, Spiral o Factory, intentando empaparme de una época a la que llegué tarde y que me fascina. Entrevistas, reseñas de conciertos, artículos que hacían referencia al estado de la naciente escena musical indie del país... Mucho por leer y disfrutar. Y acordándome de lo difícil que lo tuve al no existir una hemeroteca decente en mi ciudad natal, voy a compartir aquí selecciones que personalmente encuentre significativas de todas esas publicaciones. Nostalgia, como decía una canción de El Regalo de Silvia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario